Mi práctica profesional como
educadora, aspectos que la han dificultado
Maribel Ochoa Espinosa
Facilitadora ABACOenRed
2011
Acompañar
niñas y niños, adolescentes y jóvenes pareciera ser un trabajo fácil sin
embargo, si pensamos en lo que implica resulta ser una gran responsabilidad que
asumimos muchas veces con enorme voluntad pero con pocos recursos didácticos
que nos facilite esos procesos de acompañamiento. Hay que sumarle a esta
carencia de recursos didácticos o metodológicos, tu historia de vida, tus
propias experiencias de vida que influyen en tu actuar y en tu forma de
relacionarte con las persona, y que tienen un efecto concreto en el aprendizaje
de quienes acompañas.
El objetivo
de este texto es reflexionar en voz alta acerca de mi práctica profesional como
educadora acompañando niñas y niños, adolescentes y jóvenes desde diferentes
organizaciones de desarrollo comunitario, identificando en ella, aquellos
factores que han limitado mi trabajo, especialmente aquellos aspectos que se relacionan
con mi historia de vida, con mi propia experiencia de vida, ese sello que
ponemos desde nuestra particularidad, desde nuestro interior, al trabajo de
acompañamiento.
También son factores que
se han reflejado en mi relación con mi familia grande, y de igual manera
afectando también. Estas actitudes se
presentan unas más fuertes que otras pero aunque sean de una manera ´suave´ no
dejan de afectar negativamente un ambiente educativo.
1- El
efecto que produce en los demás ciertas actitudes mías, que han dificultado mi
práctica profesional de acompañamiento a jóvenes y niñez y que han sido los
principales factores de relaciones superficiales, coyunturales… pobres… poco
duraderas, fugaces.
ü
Voces,
mandatos y gestos, que se manifiesta en: imposición de lo que vamos a hacer
como grupo, poco consenso de normas que regulen el interactuar entre el grupo,
lo que deriva en imponer reglas que se cumplen al inicio muchas veces por miedo
pero que poco a poco se van olvidando y entonces, se recurre a gritos, amenazas,
chantaje, maltrato, insultos.
ü
Querer
tener control de todo lo que ocurre, desconfianza en las capacidades de las y
los demás, sentimiento de que sos la responsable de todo lo que ocurra, en el
malentendido que tienes que asegurar de que todo tiene que salir bien.
ü
La
forma en que digo las cosas muchas veces suena como agresiva y algunas personas
se molestan.
ü
No
puedo ocultar mis sentimientos, aunque más se refleja cuándo estoy molesta por
algo, no lo escondo, a veces por circunstancias no puedo decirlo aunque sea lo
que más me gustaría pero no se puede hacer siempre, no se puede porque puedes
herir o hacer más grande el conflicto…
ü
Mis
modales un poco toscos, nada delicado para tratar a personas extrañas, me cuesta
acercarme a personas desconocidas.
ü
Actitud
autoritaria, que todo lo que dices, es lo correcto, si alguien no está de
acuerdo, te molestas, lo consideras falta de respeto y lo castigas mediante
diversos recursos: justificaciones, aislamiento, indiferencia, no le das la
palabra, no lo miras cuando hablas, buscas otros aliados, lo ridiculizas, lo
aniquilas como persona y lo obligas a pedir disculpas por algo que no hizo.
2- Poca
escucha sobre todo del sentir de las demás personas del grupo que acompañas, la
prioridad se centra en la generación de más conocimientos obviando los
sentimientos y problemáticas de las personas a quiénes acompañamos, nos
preocupamos más por el cumplimiento del objetivo que me propuse, ojo,
no digo del objetivo del grupo porque ese no fue construido ni discutido,
trabajamos a partir del objetivo de la o el educador/a.
3- La
lucha entre el cumplimiento de un programa de trabajo y el proceso o ritmo de
aprendizaje que lleva el grupo, el cumplimiento de planes externos y no
disponer de un plan propio, consensuado con el grupo, terminamos imponiendo
procesos que no responden a las necesidades e intereses del grupo.
4- Tu
vocación, la contradicción entre lo que me gusta y lo que es posible es muy
frecuente, eso pasa y se obvia aparentemente,
porque en los resultados salta a la vista en cualquier momento y se manifiesta
de distintas maneras: rutina en las formas de facilitar y mecanización en la
aplicación de técnicas para el aprendizaje, distancia entre tu proyecto de vida
y el trabajo que desempeñas, conviviendo con esa contradicción sobre lo que
quieres hacer y lo que tienes que hacer como proyecto de vida. También esa experiencia la vivencia el grupo
con quién trabajas, la perciben y les influye en sus motivaciones y
expectativas.
Muchas de
estas manifestaciones no se tiene conciencia de ellas, no las percibimos
precisamente porque ellas mismas nos ciegan, nos envuelven y nos convierten en
personas frías, autoritarias, pesimistas, impositivas, controladoras,
juzgadoras, es decir, nos queremos convertir en la ´conciencia´ de las demás
personas.
Desde mi experiencia ha sido
importante en todo este proceso:
1- Asumir que vengo de una escuela (sistema), llámese familia,
centro de estudios, ambiente laboral, etc, en donde hemos sido formadas
precisamente para abusar el poder que tenemos, para competir con las demás
personas y para sobresalir a pesar de las y los demás.
2- A nivel de la familia se nos educa
para ejercer poder desde nuestro rol, así, la mujer/hija que está sometida al
hombre (papá), ejerce su poder en sus hijas/os pequeños cuando se convierte en
mamá, y además se encarga de la reproducción de estos roles, aun cuando ella
está sometida por su marido. Cuando
éstos crecen principalmente hijos/ hombres, los roles cambian y vuelve a estar
sometida ahora hijos también, y así sucesivamente. Este poder casi siempre será un poder
sobre, decidiendo todo lo que se relaciona con las personas que están
bajo su dominio.
Toda
esta formación influye directamente en tu manera de actuar, de sentir, de
pensar, de SER. Todo esa formación te
configura para reproducir esa inequidad y con todos esos insumos y un buen
caldo, acompañas procesos educativos con niñez, jóvenes, mujeres, pero eso sí,
con la intención de transformar esa realidad y eso es muy importante,
acompañado por supuesto de todo un proceso de autorreflexión crítica y
constructiva para hacer los cambios desde tu propia persona, en conjuntos con
otras y otros, con niñas, niños, jóvenes, mujeres,…
Desde esta
perspectiva he ido buscando, desmontando paradigmas, leyes, voces, mandatos,
gestos, que por mucho tiempo han guiado mi actuar y buscando alternativas de
aprender nuevas formas de interactuar, nuevas formas de entender y ejercer mi
poder, nuevas formas de vivir, de SER, conmigo misma y con las demás personas.
Todo este
proceso va generando conciencia de tu actuar, de tu forma de acompañar a otras
personas y te obliga a buscar herramientas nuevas para comunicarte, para
participar, para tomar parte, para decidir.
En la búsqueda de nuevos aprendizajes, de nuevas rutas resulta difícil
desmontar esas voces internas y en un cerrar de ojos puedes volver a repetir
esos patrones impositivos y entonces, hay que empezar de nuevo, así es, es
parte del proceso y tengo ganas de seguir intentándolo.
Y para
concluir y no dejar sólo mi parte vulnerada, a continuación un poema que
también me identifica:
A mi ser esencial
Átomo,
partícula, alarido,
un
grito inmenso entre el silencio,
vivo
Cosmos,
universo, infinito azul
del
mar intenso,
lucho
Espiga,
semilla, vástago
oruga,
larva,
existo
Mi ser
esencial me habita
me
empuja, me anima
me
invita, me acompaña
estoy,
sigo estando
soy,
sigo siendo
VIVO, LUCHO, EXISTO, SOY
Maribel Ochoa Espinosa
Agosto 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios...